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jueves, 19 de junio de 2014

VISITAS FUGACES (a Mi Patria Maldita y al Inodoro)

Esto es parte de un post que comencé a escribir hace mas de un año después de pasar cuatro días en Perú. Esta, como todo en este blog, muy basado en la realidad. No tengo imaginación, de eso no me cabe duda, y además esta sin completar...

Dicen que tu ciudad te hace lo que eres. A mi, por ejemplo, me ha hecho glotón y paranoico. 


Llevo aquí una semana y después de tres días de sudor y puje recién salgo de la indigestion mas brutal que he vivido. Todo empezó el sábado por la mañana con dos empanadas mixtas, una de lomo saltado, un tamal de chancho, medio sanguche de salchicha de Huacho, media porción de torta de manjarblanco con coco y se extendió a una reunión de almuerzo que mi padre nos había organizado y que se inauguro con dos chilcanos, ocho copas de vino tinto y un suculento seco de cabrito. Me salte el arroz blanco (bien graneado, si que le eche ojo), el aji de gallina y los tamales (recuerden que ya había comido tamales de desayuno) para no cancelar las cinco millas que había corrido esa mañana en un gimnasio local al cual mi suegra me filtro a punta de puteo a todos los que allí trabajan, pero no pude escapar la antesala, o 'tentenpie' como mi padre le dice; leche de tigre con pulpo mezclada con cancha serrana que fue servida en copitas de shot. Algo mas que no me pude saltar fueron las cebollas ácidas que generosamente serví encima del cabrito y que lubrique de rojo con una salsa de rocoto que me calentó la frente y me hizo sudar el cuero cabelludo.

A eso de las 5:30 de la tarde, con los viejos ya cansados y la mitad de ellos dormidos copa en mano y a media oración, enrumbé al departamento de mi madre y cerré la noche con medio pollo a la brasa y papas fritas, todo bien remojado en mayonesa y ají verde. Para calmar la calentura de aquel ají en pellejo que tanto me gusta me baje dos vodka tonics y como suelo hacer cuando me empilo, comencé a dar harengas sobre como Jesus no vale nada y bla, bla, bla, que si algún día he de claudicar en mi herejía optaría por ser budista porque los gordos me caen bien. Para entonces ya la cara la sentía caliente, mi tez parecía que tenia insolación y los ojos los tenia irritados, casi en sangre viva.

El Domingo por la mañana desperté telita, como si nada hubiese pasado y hasta con hambre. Justifique la falta de resaca con la alta calidad del licor que mi viejo sirve en sus reuniones y mi hambre con las calorías que había quemado durante las 5 millas que había corrido el día anterior y procedí a empezar el día de dios con uno de esos panes cóncavos y huecos que venden por diez céntimos en cada esquina. Llene dos de esos con palta y sal y me los embutí en tres mordiscos. El café con leche le quedo rico a mi suegra, aunque no tan rico como el que me había hecho el Viernes anterior. Se lo comente y me aseguro que fue por la leche de soya; eso fue una prueba mas de que todo lo sano sabe un poquito peor.

Como había visita que llego temprano, solo dos horas mas tarde se sirvió una suerte de pisco sour rosado que apenas entro encendió fuegos artificiales. Al parecer no habia cabida en mi sistema después de las dos Guaranas que me tome de pura nostalgia (no probaba esa gaseosa en 20 años) en un corto break entre el desayuno y el almuerzo. No se que  ingredientes iban allí pero entonces comence a sentir los malabares en mis órganos y luego de empujarme una causa de camarones (la cual volví a cubrir en una salsa de rocoto) y unos chicharrones del tamaño de mis puños me escuzé de la mesa y me retire a mi habitación, la cual, felizmente esta equipada con baño privado. Y digo felizmente porque lo que le hice a ese inodoro durante las siguientes 35 horas fue un abuso para el cual esa porcelana no fue diseñada. Entre gruesas postraciones a las delgadas tuberías capitalinas me tiraba en cama, mientras sentía que me subía y bajaba la fiebre. Por ratos se me erizaba la piel y se me erectaban los pelos del brazo, culo y pecho y el ventarrón mas leve parecía congelarme la epidermis. Entonces cuando los jugos gástricos pasaban por lava viva y mis órganos ardían, yo adoptaba una posición fetal y ponía cara de sufrido por los retorcijones que acometían a mi estomago.

Esa noche dormí de la verga, con la ventana abierta para controlar la calentura pero tapado para que no me coja una fugaz hipotermia. Y además de a pocos, pues las visitas al trono fueron frecuentes y fluidas y me levantaban violentamente del mal sueño. Y pongo énfasis en la palabra 'fluida'.

A medianoche recién considere las recomendaciones de mi esposa, hermana, mama, suegra y dos otras señoras que me habían visto sufrir en el mini agasajo del Domingo y con el estomago en llamas y el orto que ya me empezaba a pedir piedad en forma de gotitas de sangre, tome algo de medicina: un liquido espeso y rosado para bebes que trajimos de USA porsiaca las nenas caían presas de la sazón criolla, afro, nikei, chino-peruana, chino-nikei-afro, neo-gourmet, viejo gourmet, tradicional, nostálgica, selvática, urbano, urbano-selvática, aventurera, champera, experimental y serrana, nikei y del alto Perú, del bajo Perú, del profundo Perú y africana. O de la que solamente puede ser tildada de 'insalubre' y 'anti-higienica' que creo que es la que mas me gusta.

De veras, nunca salivó tanto como cuando camino por el centro entre toda esa gente que te empuja primero y se disculpa después, entre esos edificios que se caen por centímetros y cuyas fachadas están cubiertas de mugre y al lado de las vitrinas de las una vez casonas veo grandes bandejas que se rebalsan de arroz verde con arberjitas y pollo, de cebiche ultra ácido y medio mosqueado, de yucas fritas tan jugosas del aceite que las bolsitas de papel en el que te las dispensan están transparentes, de papas hervidas y peladas cubiertas de una salsa espesa y verde y de huevos duros cortados a la mitad con una aceituna encima para darle contraste. Y cuando todas estas delicias se muestran en un solo plato, salivó mas. Como un perro.

Muero por eso, desde chico siempre he muerto por eso. El centro era cosa brava por esa época y mi madre me decía, 'no vayas que asaltan' y 'para que vas allá si es feo?, mucho choro'.

Yo siempre le respondía que iba para comprar cassettes de los metaleros pero esa era media verdad. La otra verdad es que me gustaba el movimiento, la gente y los edificios. Esa era una ciudad muy diferente a la que yo conocía como mía; el suburbio. Me gustaba que había de todo, cuadras en las que lo único que habían era chinos, otras en las que uno que vendían eran mascotas, otras en las que solo encontrabas artesanías, otras llenas de galerías de ropa bamba y otras en las que solo vendían cosas robadas. En estas ultimas podías encontrar partes de avión.

Continuara...

sábado, 14 de diciembre de 2013

DANZIG en Vivo - o ¡Traiganme a Ese Conchesumadre!

Apenas pasamos por los alrededores se escuchaba la bulla de una de las bandas que abría. A la distancia y distorsionados por el viento me pareció escuchar a Down, pero la realidad era mucho mas fea. Mucho, muchísimo mas fea. 

La banda que a las ocho de la noche desparramaba un metal genérico era un quinteto de Texas que mas se distingue por el tamaño y radio de la cintura del ancho de un ula ula de su vocalista que por su música. Se llaman Texas Hippie Coalition y parecen estar estancados en la peor época metálica de los últimos años; aquella que vulgarmente cruzaba dos de las mas sangronas vertientes; el groove metal que solo le ligo bonito a Pantera y el nu metal que no le ligo bonito a absolutamente nadie. Pero a la distancia y fltrados por la brisa que solo dejaba pasar la distorsión de la guitarra y bloqueaba la voz del bodoque Big Dad Ritch y la batería de quien chucha, yo solo escuchaba ‘chacachacachaca’. ‘Puta madre’, recuerdo haberle dicho a mi compañía, ‘ojala que esa huevada no sea Danzig.’

Y no fue. Eso lo confirmamos cuando caminando hacia el recinto al aire libre del Cuban Club pasamos junto a un tour bus que tenia la puerta abierta. En la vereda, dos fan boys con camisetas de The Misfits miraban nerviosos y enamorados hacia el bus. Junto a ellos un mastodonte de 400 libras y dos metros y medio de altura con pinta de indio Apache y con cara de muchos enemigos registraba cada movimiento a su alrededor. 

Al pasar pudimos ver a Glenn, todo chiquito y apretadito, sentado en el asiento del conductor y encorvado, con sus pies de puntitas y con dos portadas de vinilos que estaba firmando sobre sus rodillas. En ese ángulo podíamos notarle la mocha calva con un mechoncito adelante que le caía por en frente del rostro. ‘Aun tiene su devil lock’, pensé mientras mi pareja me decía, ‘¿a ese gordo cara de verga hemos venido a ver?’. No tanto como caldeado respondí, ‘Es que no entiendes cucha, Danzig es una leyenda, uno de mis tres cantantes favoritos de la música pesada y de voz natural. El Elvis diabólico, el petizo satánico, el machito bronquero, el pichoncito de pelea, el que cantaba ’I got something to say, I killed your baby today'. ‘¿Porque no le dices que te firme algo entonces?’, pregunto con cara de burla, a lo cual respondí que no quería porque no me interesaba y le di un corto discurso sobre como hay que separar a la gente de su música y como hay que adorar el arte y no al artista. Además no había traído nada para que firme, puse en claro, ninguno de sus clásicos punk con The Misfits que tanto escucho, ni de sus discos compactos de blues endurecido y hard rock con Danzig que tanto atesoro. ‘¿Que firme esto entonces?’, argumento MC pasándome un papel en el cual habíamos impreso las entradas que habíamos comprado a mitad de precio a través de Groupon y que dicho sea de paso, incluían un trago gratis y el derecho a saltarse la cola. ‘No tía, mucha vaina, vamos no mas’, dije sintiéndome una vez mas como el mocoso chupado de mi niñez que prefiere no hacer nada por temor al rechazo. Entonces MC se volteo y se dirigió hacia el bus con paso asegurado en esas botas de plataformas que tanto le gustan, hacia el gigante guardaespalda con los brazos cruzados que ya despachaba a los dos fanboys y que al cuarto paso la noto y grito, ‘muy tarde, después del show, después del show’.

Adentro del recinto recién pude apreciar el desastre con grasa que es Texas Hippie Coalition. Música de ese calibre a mi me avergüenza, así de simple y se lo aclare bien a MC, ‘esto no es metal, esto es, esto es…’ , sufria para encontrar palabras para describir a este cuarteto pero al final algo me salio por la jeta, 'esto es…una puta mierda, mejor vamos al bar’.

Y al parecer gran parte de la audiencia se identificaba con ese sentir. Con un promedio de edad de 35-45, gran parte de los asistentes podían distinguir bien entre una nota pesada y bluesera, entre un riff de Doyle bien punkorro y entre rock sureño mediocre con una elevada cuota de nu metal. Así que la mayoría bebían por detrás, charlaban entre amigos e ignoraban a la banda de turno.

Pero los que seguían no serian mejores. A las Butcher Babies nunca las había escuchado, pero si me había enterado de su existencia debido a una solida maquina de marketeo que expone los pechos perfectos y las largas piernas lampiñas de sus dos vocalistas en todas las revistas de rock que se venden en los supermercados. Lo que tocaron esa noche era digno para mocositos de pantalones anchos que se quedaron en Limp Bizkit. Esta banda defeca el peor metal posible, nu metal con riffs de una sola nota y dos tipas que gritan al cielo con voz estridente y como gatas en celo que buscan y rebuscan pinga.

La respuesta de la audiencia fue similar a la recibida por Texas Hippie Coalition, aunque esta vez algunos parecían entretenerse con los pechos apretados de las chicas, con sus minifaldas que ya mostraban calzón y con sus tacones altos que apoyaban sobre los monitores como invitando al mundo a su concha caliente. Yo una vez mas, me mostraba avergonzado, ¿como es que Danzig, un tipo que ha escrito tantos clásicos de rock duro puede permitir que bandas de este vuelo le abran el show? ¿Porque castigar a la audiencia? No somos masoquistas chucha. 

No se si es cierto, pero por ahí leí que es vox populi que para abrirle un show a Danzig no hay que demostrar ninguna cualidad musical ni ser su artitsta favorito del año, sino que hay que desembolsar fuertes sumas de dinero. Seria una practica avergonzante pero justificaria la presencia de estos dos bodrios, porque no es posible que el autor de "Left Hand Black", "She", "How the Gods Kill", "Teenagers From Mars", "Bullet", "We Are 138" y "TV Casualty", entre docenas de otros títulos que encuentran rotación constante por estos lares, apruebe de este par de cacas.

Danzig salio al escenario a eso de las 10 de la noche. El recinto estaba casi lleno, calculo con por lo menos 1500 personas, todas, previamente alertadas de que estaba estrictamente prohibido tomar fotos.  Raro no me pareció, porque es conocido que Danzig es un tipo especial, antojado y hasta engreído, pero cojudo si, en una época en la que los celulares están equipados con cámaras de alta definición y se han convertido en extensiones de nuestras extremidades pedirle a 1500 adictos que se abstengan de usar sus teléfonos mobiles es tan futil como pedirle a un quinceañero cachondo que no se haga la paja.

Danzig ya bordea los 60 años y su cuerpo una vez musculoso y de ligero epidermis grasoso esta dando ya muestras de que la combinacion se ha revertido a grasoso con una ligera epidermis de músculos. No ayuda que Glenn no se ha cambiado de atuendo desde que salio de The Misfits en el 87. Su camiseta negra al cohete exponía sus 'mantits' de pezones erectos y su panza de adicto a los videojuegos, sus jeans negros estaban tan apretados que mas parecían pintados sobre sus piernas. En su pecho una ornamentada cruz invertida le colgaba como un péndulo y yo aprecie ese gesto terco de no arrepentirse de sus infamias aun cuando ya esta casi en su sexta década. Mas que eso, lo que capto mi atención fueron los huecos en el área axilar de su camiseta negra.

Pero su voz estaba intacta, aun aterciopelada, aun romántica y aun oscura, aun poderosa y deudora de Presley y su banda, casi tan veterana, estaba en forma. En la guitarra estaba Tommy Victor de Prong, en la bateria Johnny Kelly (Type O Negative) y en el bajo Steve Zing de Samhain; todos enlutados, todos medidos y sin demostrar mas de la cuenta porque este, no cabe duda, es el show de Glenn y estos temas que todos, toditos, vinimos a escuchar fueron escritos por Glenn.

El repertorio fue impecable, cubriendo temas claves de todos sus discos y felizmente con menor énfasis en sus grabaciones menores como Blackaciddevil y 6:66 Satan's Child. Mejor aun, este tour del 2013 trae la yapa mas grande que se le puede ofrecer a un fanático de The Misfits; la efímera presencia del invitado especial Doyle, aquel escultural saco de plomo que no muestra señales de envejecimiento alguno.

Pero un concierto de Danzig sin incidentes es un concierto de alguien mas y no de Danzig. Nosotros nos habíamos colocado al frente, tirados a la izquierda y casi empujando la barrera de contención. Entre esta y el escenario estaban los bouncers que cuidadosamente seleccionaban quien podía ocupar ese bendito espacio. En este caso era un muchacho en una silla de ruedas y en frente de el una groupie de tetas fabulosas que le bloqueaba la vista y que durante todo el show no paro de saltar y de moverse como striptisera. Los bouncers por su lado tuvieron una noche ocupada con la tracanada de flashes de la audiencia el show se convirtió en una recatafila de amenazas entre estos y miembros del publico que osaban querer guardar una memoria física de Danzig. Pero era este mismo el que se cabreaba ante tal osadía, haciendo malas caras en medio de temas y entre estos insultando a aquellos que hacían click y pidiendo sus cabezas con gritos de, 'traiganme a ese conchesumadre' y '¿que crees que estas haciendo homosexual?'.

Eran casi las once cuando Doyle salio al escenario y la audiencia se volvió loca. Los riffs sonaban perfectos por los parlantes pero fue Victor quien parecia mas preocupado de eso. Doyle por su parte mas parecía darle de golpes a su guitarra con el puño cerrado y hacer poses hacia la audiencia, caminaba como un cangrejo, coqueteaba con Glenn y se balanceaba en botas que lo hacían ver de tres metros. El set de clásicos de Misfits no me convenció tanto, yo esperaba mis temas favoritos, "She", "Bullet", "Some Kinda Hate", "Last Caress" y otros, pero mas resonaron canciones de las cuales yo siempre había pasado. A diferencia, la audiencia coreaba, cantaba cada letra con pasión, se las sabian todas de paporreta, buena señal que The Misfits tienen un catalogo tan solido que un fanático ya sasonado como yo aun tiene que investigar mas a fondo.

viernes, 6 de septiembre de 2013

La Noche Que MORBOSIDAD Canceló

Fuí a un concierto el sábado por la noche. Se supone que el acto de fondo seria Morbosidad pero los mejicanos valieron verga. A eso de las 2 de la tarde del mismo sábado el vocalista Tomas Stench hizo un update en su pagina de Facebook en el que escribió, ‘Due to one fucking stupid issue with one of my member Morbosidad won't play tonight in Tampa. My member got kicked out of the plane for an unacceptable behavior!! My apologies for this inconvenient. Morbosidad will take care of it in the near future............’

Eso fue todo. ‘In the near future’, es una frase muy vaga y en este caso podría ser traducida a, ‘en un año’, ‘en dos años’ o ‘ los mas probable es que nunca’. Minutos después la noticia fue anunciada en el forum de Nuclear War Now, junto con una rebaja en el precio de la entrada de $12 a $10 y la adición de una banda sorpresa que no fue nombrada. Satanik Goat Ritual, banda que incluye a tres miembros de Morbosidad, también eran parte del show por lo cual estos también cancelaron y el listado de bandas se redujo a seis y Black Witchery paso a ser la banda de fondo. 

La decepción fue mediana. Otros conciertos pasan por aquí y yo no me asomo a ellos, pero esta vez me motive por Morbosidad y porque su grabación Cojete a Dios Por el Culo me parece de lo mas cómica. Además, me flotaba en la cabeza la idea de que por fin presenciaría un concierto en donde los gringos son los que adoran a un grupo de mejicanos gordos y no viceversa.

Cuando llegue al nuevo recinto del legendario The Brass Mug, ahora situado junto a una taquería y al frente de una tienda de productos árabes en un lote que parece abandonado, espere en mi carro unos minutos mientras bebía una cerveza y consumía media botellita de un elixir superrecargado de cafeína con sabor a orina llamado 5-Hour Energy. Por la ventana trasera miraba a los tempraneros que hacían tiempo. Las pintas eran uniformes; harto pelo facial, barrigas infladas y chaquetas de jean cubiertas de parches. La mayoría tenían cara de pocos amigos.

Una vez adentro divise a The Mighty Mojon conversando con un señor que calculo estaba en la mitad de sus cuarentas y cuyas facciones me parecían remotamente conocidas. Era bajo de estatura y llevaba el cabello largo detrás, su rostro huesudo parecía haber visto mas inviernos que veranos. Como la gran mayoría, vestía pantaloncillos cortos que le pasaban las rodillas y una camiseta negra, que a diferencia de la mayoría, no era de ningun grupo en particular. No bebía nada. 

Al saludarlos el señor se introdujo como, ‘Miki ElMarron’. No ‘Miki’, ni ‘Miguel’, sino ‘Miki ElMarron’. ‘Eres una puta leyenda’, le dije yo, ‘y en mi país la gente te adora’. Esta es el tipo de adulación que suelo despachar cuando casualmente conozco a alguien del vuelo de este legendario batero / vocalista. Miki ElMarron respondió, ‘excelente, quiero ir allá, solo falta que alguien nos contrate. Estuvimos en Chile hace no mucho’, y luego prosiguió a contarnos una perturbante historia sobre un polvo con una chilena. Al parecer, los death metaleros también tienen sus groupies alrededor del mundo, aunque anda tu a saber de que calibre. Lo cierto es que la mañana después del coito, el señor Nocturno se dio con la sorpresa de que las sabanas en las que dormía estaban manchadas de sangre. Al parecer este diablo le rompió el pito a una virgen santiaguina.

Me dirigí hacia el bar a ordenar una cerveza siempre guardando en mente nunca mas cometer los errores del pasado. Desde allí observe este espacioso local. The Brass Mug, hueco que sirvió de soporte a todas las bandas de Tampa durante el surgimiento de la escena death metalera de finales de los 80’s y 90’s, ha cambiado de local dos veces en los últimos dos años. Este nuevo recinto incluye las mismas amenidades que los anteriores; un espacioso bar con una patética lista de cervezas de calidad, dos mesas de billar que esta noche sirvieron como puntos de venta de merchandising, paredes sucias y mal pintadas, pésima iluminación y baños que, felizmente esta vez, si tienen ventilación. Ordene una cerveza que contenía 9% de alcohol. Nunca la había probado y hasta el día de hoy no se como se llama.

A través de la noche bebí un total de tres cervezas (cuatro contando la que bebí en mi carro) y mantuve control total. Bebí como una madre, como una vieja, como alguien que bebe por compromiso pero que no le gusta ni el sabor ni el efecto, espaciando cada sorbo lo mas que podía y absorbiendo el alcohol como quien quiere deconstruir cada molécula para saborear cada sutileza. Entre sorbos, presencie la indómita rabia de los locales Traitor Crucifix, me asombre con la esquelética constitución del una vez rechoncho Gene Palubicki (Angelcorpse y otros) y le fui indiferente al death thrash de sus Blasphemic Cruelty, me entretuve con las muecas del vocalista/batero de Vomikaust y disfrute del punk de Ampütator.

Y digo ‘punk’ pues porque así me sonaron esa noche; con un ritmo contagiante y con una marcha constante, allí con las luces tenues y con cero artificios, la música de ese amenazador tanque de Rhode Island daba solo miedo cuando el vocalista Duncan presionaba sus chancabuques contra la primera fila. A veces pateaba, a veces pisoteaba y yo no se como la gente no se movia. Mas aun no se como los receptores de esa ira no retaliaban con una cachetada, un coñazo a la boca del estomago o un jalon de pelos. Yo estaba situado a la izquierda y por eso nunca estuve en la mira de Duncan. Por ese flanco también divise a gente que practicaba un headbanging brutal. Yo nunca he sido de esas costumbres, mi cabeza se mueve, pero soy lento y mi cuello ya no esta para esos azotes. 

Ampütator terminaron su show pasada la medianoche y alguna gente parecía en éxtasis; unos gritaban alabanzas a Satán, otros hablaban en voz alta de lo 'sick' que era Ampütator y otros mas borrachos pedían otra canción, aun cuando la banda ya había desconectado sus instrumentos y no había chance de un encore. Lo mejor de todo, el recuerdo de la cancelación de Morbosidad parecía haber desaparecido.

La banda de fondo era Black Witchery y yo no había escuchado nada acerca de si habría banda ‘sorpresa’ o no. Luego de veinte minutos nadie siquiera se había molestado en cambiar los instrumentos así que asumí que el concierto tenia para rato. Me quedaban ganas de beber, pero en ese momento mas quería mantener control de la situación, llegar a casa sano, en todas mis facultades, sin arrestos por manejar bajo la influencia, con los recuerdos intactos. Estar a salvo, eso es lo que quería, echarme en mi cama y sentirme responsable, así que como acostumbro, y sin decir adiós, me dirigí hacia mi carro y enrumbé a casa, sobrio, casi totalmente sobrio.

martes, 30 de julio de 2013

BLACK SABBATH en Vivo - Julio 29, 2013

Mis dos primeras impresiones del concierto de Black Sabbath fueron las mas obvias y las mas comunes en eventos de este tipo; el olor a marihuana flotando en el ambiente y la gente de facha algo brava. Tratándose de Black Sabbath estamos hablando de una edad media de 40-50, de un estrato social medio tirando para bajo y de una proporción de 96% hombres y 4% mujeres. Si es que claro, a las asistentes al concierto de anoche se les puede tildar de mujeres porque la gran mayoría parecían haber sido sacadas del museo de Ripley’s, Aunque Usted No Lo Crea! Exagero, lo se, pero vaya si las metaleras de anoche parecían guerreras después del combate mas feroz; algunas estaban desdentadas, otras lucían flamantes cicatrices en el vientre y costras en las piernas, otras mostraban panzas desproporcionadas y caminaban con dificultad y otras estaban borrachas y parecían mostrarlo con orgullo. Algunas hasta parecían no haberse dado cuenta de que esto era un anfiteatro y no Waterloo. En toda la noche solo vi una pelea y fue entre dos viejas que parecían gemelas; vestían shorts vaqueros y tank tops negros, tenían el cabello pintado de rubio y eran jaloneadas hacia sus respectivas esquinas por sus avergonzados maridos, los cuales curiosamente también parecían gemelos; cráneos afeitados, camisetas de Ozzy Osbourne bien metidas en las cinturas de sus pantalones vaqueros.

Pero yo no había ido a ver mujeres al concierto, había ido porque esta era quizás mi ultima oportunidad de ver a estas leyendas en vivo y a sabiendas de que los años pesan y Iommi esta medio canceroso esta era quizás una chance que ningún metalero debía perderse. Antes claro, había que sortear un par de obstáculos, como chuparse al telonero Andrew WK, aquel gringo bien-humorado que por alguna razón la gente no ha olvidado desde su estupidizante debut del 2002. Para sorpresa mía esta noche WK fungía de DJ y no de cantante lo cual hizo la antesala mas digerible. En el poco rato que lo vi, el genial creador de temas como “Party Hard”, “It’s Time to Party”, “Party ‘Til You Puke” y “Totally Stupid” toco temas de Metallica y Iron Maiden ante los cuales los mas borrachos festejaron, algunos movíeron sus escasas melenas mientras encendian olorosos tronchos de hierba y la mayoría esperaron en cola para comprar algún trago a sobre precio. A mi me dolió hasta el bolsillo cuando desembuche $14 por un ron con Coca Cola que se convirtió en cola aguada y tibia en exactamente dos minutos. El calor era sofocante.

Nunca he sido un gran fan de los conciertos masivos. Prefiero las veladas intimas que se festejan en pequeños bares y a las que no acuden mas de 100 o 200 personas. En gran parte esto es por la cercanía que uno puede tener al escenario. Cuando se anunciaron las fechas del tour de Black Sabbath anote en mi agenda la fecha de la pre-venta y memorizé el código. Compre dos tickets por el precio ganga de $240 exactamente un minuto después de la hora indicada. Según el sistema de LiveNation mis asientos eran lo mas cercano posibles al escenario pero anoche cuando la acomodadora me indico la posición de estos mi desmayo fue grande; frente al escenario esta la sección de la orquesta que debe acomodar a unas 500 personas paradas, inmediatamente detrás viene el primer bloque de asientos que debe de tener por los menos 40 filas, luego de un pasillo viene el segundo bloque de asientos que debe de acomodar unas 75 filas. En este bloque estaba yo, calculo que en la línea 50, detrás de dos tipos que median por lo menos un metro noventa y cuyos largos cuellos les daban perfil de girafa. Desde esa posición Ozzy y compañía eran del tamaño de la uña de mi dedo meñique. No había mas remedio que admirar a Black Sabbath en las tres pantallas gigantes.

Salieron al escenario a las 8:45 en punto y entonaron “War Pigs”. El sonido fue impecable y el volumen perfecto, la guitarra de Iommi crujía con esos riffs que han marcado el tiempo y las décadas de miles y el bajo de Butler apoyaba sólidamente con una barrera densa y aleatoria. En la batería esta un tipo llamado Tommy Clufetos cuyo curriculum incluye discos de Alice Cooper y Rob Zombie. Me podría equivocar pero a mi me sono descuadrado e inseguro en este primer tema. Su performance mejoro notablemente a partir del segundo “Into the Void” y se corrigió totalmente cuando tocaron “Under the Sun / Everyday Comes and Goes” y pasada la mitad del concierto se monto un solo de batería que convirtió a todos los allí presentes. Su énfasis en la rapidez de sus pies y en sus redobles de tarola parecían planeados para borrar de nuestras mentes la ausencia de Bill Ward. 

La voz de Ozzy es otra cosa; en ocasiones sonó bien, mas que nada sonó regular y a veces hubiera dado igual si hubieran puesto a un gallo loco en el micrófono. Curiosamente, esto ultimo fue mas que nada evidente en los temas nuevos. En “Age of Reason” desentono tanto que algunas gentes se miraban desconcertadas y en “Methademic” parecía estar tocando con otra banda y en otro escenario. Pero no hay punto en discutir esto con los mas acérrimos y pensándolo bien esa era la actitud correcta a tener; disfrutar del momento e ignorar lo obvio. Además, si hubieron efectos tratando de disfrazar sus errores o cantantes escondidos tras bambalinas alcanzando aquellas notas a las cuales Ozzy ya no llega yo ni lo note y eso si que me hubiera disgustado. 

El setlist fue impecable, todos los temas que yo quería escuchar (“Iron Man”, “Fairies Wear Boots”, “Children of the Grave”, “Behind the Wall of Sleep”) fueron ejecutados, al menos instrumentalmente, casi a la perfección y los temas nuevos por lo menos dieron el respiro suficiente como para sentarse un rato y relajar las pantorrillas. Sorprendentemente, la audiencia respondió cálidamente a estos y un buen manojo parecía saberse las líricas.

Ozzy demostró ser un showman consumado que a pesar de lo rutinario de los shows parecía estar pasándola bien, hablaba huevadas entre tema y tema, siempre apimentando su labia con lisuras y con una aparente humildad entrañable. Durante los solos de Iommi, Ozzy saltaba dos pulgadas sobre el piso como un anciano sobre excitado y caminaba jorobado y desbalanceado de lado a lado. Un par de veces echo agua de un balde a las primeras filas mientras reía como un maniaco. Recuerdo ver a Ozzy en vivo dos veces a fines de los 90’s con su banda de solista y en ninguna me parece recordarlo tan entusiasmado. No cabe duda, ya esta viejo y el solo verlo a el y a estos sesentones dando lo mejor de lo que les queda se aprecia un montón.

viernes, 19 de julio de 2013

SOY LA MITAD DE HOMBRE DE LO QUE SOLIA SER

Lo que hace uno por amor, lo que sacrifica uno por la familia. Hace un mes, yo sacrifique mis bolas y por eso hoy día soy la mitad de hombre de lo que solía ser. Todo empezó con el segundo embarazo de mi novia. Con ella, esto de gestar no es cuestión de mal humor, ni de dolores de cabeza, ni de antojos por chocolate o alfajores a la medianoche. En mi novia la presencia de un ente extraño en su barriguita se manifestaba a través de brutales episodios de tos que empezaban cuando era hora de dormir y terminaban cuando era hora de despertar. La típica noche la agarraba en cama y cuando trataba de conciliar el sueño, un toser seco la levantaba de un porraso y la obligaba a salir corriendo al baño. Ahí se inclinaba sobre el inodoro y se iba de arcadas que casi nunca terminaban en vomito.

La primera noche asumimos que la cena le había caído mal, la noche siguiente los mismos síntomas comenzaron a parecernos demasiada coincidencia y la tercera me miro a los ojos y me pregunto seriamente, ‘no habrás hecho alguna estupidez, ¿no?’  Yo, semental de tiro fijo, lotario satisfecho y jubilado, cacherito de gran intuición y de timing suizo, sonreí como complice en mi complot de uno y mentí, ‘Nooo, nicagando.' Fue así como nos dimos cuenta de que estaba embarazada. 

Fueron ocho meses atroces para los dos. Por las noches yo no podía pegar el ojo con tanta bulla y el poco de culpa que me pesaba en la conciencia me martillaba el sueño así que enterraba mi cabeza bajo la almohada intentando ahogar sus ruidos y mi remordimiento y ella que merodeaba la casa como un alma en pena, tosía seco y expectoraba aire que en algunas ocasiones la llevaron a escupir gargajos de sangre. Una noche de una tos inusualmente brutal le pregunte como quien pregunta algo sin importancia, ‘¿Crees que deberíamos de terminar este embarazo?’ Ahora suena gracioso pero entonces parecía una tragedia. Ella me dijo, ‘no, no culpes a mi bebe, culpame a mi’, mientras se le salían las lágrimas, se le reventaban los vasos sanguíneos en el ojo izquierdo y yo en mi mente la comparaba con héroes de historia que habían sacrificado su vida por un par de metros de territorio en los que no crece ni un cactus. 

Acudimos a una obstetra después de una semana del primer test casero. Esta nos confirmo el embarazo, nos aseguro que a pesar de estos brutales síntomas el feto estaba sano y protegido y sugirió con total desfachatez que como ya no estabamos en nuestros 20’s, yo sacrifique mi virilidad. En ese momento me miro, me guiño el ojo izquierdo y con el dedo medio y el índice hizo la señal de la tijerita. Yo no dije nada, pero me cojí los huevos solapa y pensé, ‘no se preocupen primos, les juro que nada ni nadie podrá separarnos.’

Lo mas natural hubiera sido rechazar esa propuesta. De hecho todo macho con el que comente la decisión de hacerme una vasectomia no dudo en recomendarme lo contrario. Hasta mi padre me hizo un gesto como de asco cuando le comente que planeaba esterilizarme. Pero yo lo veía como necesario, este embarazo había puesto a mi novia en un estado deplorable y no me cabían dudas que uno mas podría matarla. Además, mientras mas avanzado estaba el embarazo mas se complicaba la cosa, ella ya no esperaba las noches para descansar del día, sino que esperaba el día para que se le terminen los tosidos y poder dormir un poco, pero con el paso del tiempo otros síntomas que le arruinaban el resto del día comenzaron a manifestarse; estornudos como los que provocan las alergias, tobillos inflamados que no le dejaban ponerse zapatos, dolores de espalda que la postraban en la cama y las típicas nauseas antes y después de cada comida. No cabía dudas, había que tomar cartas en el asunto.

Mi primera cita con el urólogo fue bastante normal, o tan normal como puede ser una cita con el urologo. Esperé en una habitación bastante estéril y luego entro un muchacho con acento cubano que parecía tener cinco años menos que yo. Luego de preguntarme el nombre, la edad y otras cosas me dijo que me bajara el pantalón y que le mostrara la verga. Luego se puso guantes y comenzó a inspeccionarla con el detenimiento de quien investiga un insecto hasta entonces desconocido. El urologo me dijo que todo estaba perfecto, que el día de la cirugía me mantenga en ayunas, que las posibilidades de exito de la cirugía eran de 90% y que las probadilidades de exito de revertir la vasectomia, en caso de arrepentimiento, eran de 25%. Le pregunte si despues de la vasectomia los orgasmos seguían siendo los mismos, si el placer disminuia y me aseguro que no, que nada cambaría, que lo único diferente seria que mi semen se convertiría en una suerte de placebo. Entonces pensé, ‘sere la mitad de hombre de lo que soy hoy día.’

La cita para la vasectomia fue una semana después. Cuando me llamaron a la sala de operaciones una enfermera algo gordita, de senos que le colgaban hasta la cintura y de por lo menos 55 años me pregunto si me había afeitado los huevos. Le dije que no y me dio una mirada que parecía decirme, '¿tu eres huevón o te haces?'. Entonces me pregunto con una sonrisa de complice, '¿quieres afeitarte o quieres que yo te afeite?.' Le dije que prefería hacerlo yo y la enfermera se excuso por no tener espuma de afeitar y me alcanzo una razuradora descartable de plástico. 

Trate de suavizar la afeitada con un poco de jabón pero no funciono y cuando termine tenia por lo menos cinco cortes sangrantes en ambos testículos. Intente detener el sangrado con agua y presionando cada herida con trozos de papel higiénico pero no tuve éxito. Minutos después la enfermera le resto importancia al caos en mis huevos, me dio una de esas túnicas plásticas de operación y me indico que me desvistiera y me echara en una camilla. Entonces llego el doctor acompañado de un colega, me pidió permiso para que este estuviera presente durante la cirugía y quizás hasta le de una manito. Le pregunte si me iba a doler y me dijo que no, que aplicarían anestesia local y que en el peor de los casos sentiria una pequeña molestia y que todo estaría terminado en 15 minutos máximo. 

La vasectomía es una operación bastante simple; se hacen cortes en ambos testículos, se seccionan los conductores deferentes en la eyaculación y se coce el corte. Eso es todo, sin dramas, ni complicaciones, no hay mucho embarre, o al menos así debe ser. 

Mi bola izquierda no tomo mucho tiempo. La anestesia se siente como un hincón en la piel y la jugarreta con el deferente se siente como un tirón que te están dando en las entrañas. Es extraño. No fue precisamente dolor lo que sentí, sino cierta incomodidad antes jamas conocida, alguien estaba jugueteando con una parte mía que jamas había sido tocada. 

Repentinamente, tras un biombo aparecieron un grupo de siete jovenes, tres mujeres y cuatro hombres, todos en la primera mitad de sus veintes. El doctor no pareció tan sorprendido como yo y me los presento casualmente como, 'una clase de medicina; Rob, Tom, John, Ben, Sabrina, Melissa y Carla'. Luego me pregunto si autorizaba su presencia en mi vasectomia. Siempre he tenido un problema diciendo que 'no' y esta vez no fue la excepción. 

Así que allí yacía yo, con los huevos abiertos y en frente mio dos doctores, una enfermera y siete jovenzuelos que murmuraban y se reían entre dientes. En ese momento me sentí como una rata de laboratorio, como un chimpanze en un experimento, indefenso y humillado, reducido a mi mínima expresión, en proceso de ser eliminado, mi raza estaría extinta, mi legado nulo. No ayudaba que las tres estudiantes de medicina estuvieran bastante buenas. 

Lo del huevo derecho fue otra cuestión. El procedimiento que debió de tomar quince minutos tomo casi 45. No se cual fue la complicacion pero imagino que el deferente derecho se estaba escondiendo porque los doctores jugaban con sus pinzas, cuchillos e hilos, empujaban, jalaban y tiraban para todos lados y no parecían terminar nada. De rato en rato la enfermera limpiaba la sangre que chorreaba de mis mandarinas y con tanto ajetreo la anestesia comenzaba a perder su efecto. Los dolores que sentí en esos momentos jamas los he sentido antes; imaginen que alguien les retuerza el testículo desde adentro, que un villano les apachurre las pepas, que alguien juegue con su cableado y les pinchen y jaloneen de todo; el testículo, la uretra y el escroto y que uno como es natural, no se pueda retorcer en el suelo y con las manos cubriendoles los huevos.

'Este es el maldito', me dijo el doctor orgulloso y con una sonrisa cachosa luego de los 45 minutos mas crueles de mi vida mientras me mostraba una venita morada que sostenía con pinzas. Le pregunte si me la podía guardar de amuleto y me dijo que no porque la tenían que analizar por cancer. La suturación fue bastante rápida y sin consecuencias.

Durante las siguientes 24 horas tuve los testículos adormecidos y cuando caminaba cierta incomodidad se manifestaba en pequeños hincones internos. Otros ratos sentía como si tuviera los huevos descolgados. Siguiendo instrucciones del doctor no hice ejercicio ni tuve relaciones sexuales por una semana. También me lave los testículos religiosamente tres veces al día y un par de veces limpie los puntos con alcohol. La primera noche en casa, echado mirando la tele y con una bolsa de hielo presionandome los huevos pensaba en que esta ya es otra fase de mi vida, un después del cual no hay regreso seguro. No podre procrear jamas, soy estéril, mi semen es finta y mis polvos son mentirosos.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Salvaje en CAFE HEY! - CHURCH WHIP, HOLLOW SKULL, VON DAGGER, MORPHIC LAPSE y FLORIDIAN WINTER

Cafe Hey es un pequeño establecimiento popular por sus coloridos dulces, sus sanguches especiales de almuerzo y por su pre-establecida amistad con las artes; para darse cuenta de esto ultimo solo hay que mirar las paredes en las que se cuelgan vulgares esfuerzos de acuarela y olio. Anoche Cafe Hey sirvió de alojo a las bandas mas salvajes de esta parte de Estados Unidos. Lo que mas me sorprendió es que no se rompiera nada; ni una jarra, ni una botella, ni un vidrio, ni una cabeza.

En este pequeño café los espacios son tan limitados que la batería estaba posicionada a centímetros de una vitrina que mostraba bollos y kekes. Centimetros adelante habían monitores en su stand. Encima de la vitrina, en un gran plato rojo, habían tres sanguches cubanos bien empaquetados y a la izquierda una pequeña muestra de las cervezas que vendían. A la derecha una muestra de los dulces por los que se han vuelto famosos; sin traducir, muffins, cinnabon buns, zucchini bread, brownies, cupcakes y tea cookies. Este seria el infierno de un diabético.

Las puertas se abrieron a las 9 de la noche en punto, pero nadie se molesto en entrar. La mayoría de obvios punks prefirieron disfrutar en la vereda de una de esas raras noches frescas de Tampa y mientras charlaban sobre que chucha, fumaban cigarrillos y bebían  botellas de cerveza que guardaban bajo la manga, el dúo de powerviolence Hollow Skull comenzó a vapulear el espacio aun vació. Yo como buen comensal que había pagado sus $5 de entrada, me apresure a la caja y compre una deliciosa Lagunitas Brown Shugga' (9.9% de alcohol) para entrar en ambiente.

El powerviolence es onda apocalíptica y quizás para  gente que no puede prestar atención por mas de 5 segundos. Esa es la misma duración de los temas; pujes cortos, ideas bien trazadas que no deben de ser muy complejas. La cosa es la queja y la rabia. Minutos después en la linea del baño me encuentro con el guitarrista / vocalista de Hollow Skull y le pregunto por el origen de sus temas. Me dice, 'son sobre todo lo que odio, mas que nada mi trabajo'. Lamentablemente no le pregunte cual era su oficio.

Morphic Lapse siguieron y de ellos recuerdo menos que de los demás. La mezcla era pésima; el vocalista se rajo, se tiro al piso, se arrodillo, se acercaba a sus compañeros de banda y le salia la baba cada vez que vocalizaba, aun así, siempre le dio la espalda al publico y nunca se escucho ni una silaba de sus gritos.

Von Dagger son de una onda mucho mas digerible. Digamos punk rock bien hecho, melódico sin andar muy lejos de la barbarie. Sonaban fuerte y estaban ebrios. De eso hablo el vocalista,  primero con su camiseta de Shitstorm y luego descamisado, 'cada vez que tocamos nos ponemos mas borrachos.' La gente ya se movía pero no tanto. Los empujones eran leves, tímidos. Aun yo podía balancear mi botella sin preocupación de que me jodan.

No fue hasta Church Whip que la noche llego a su punto de ebullición. Al cantante tampoco se le escucho, pero que chucha, la música era salvaje y la banda también. Mientras el vocalista gritaba inútilmente en las caras de la fanaticada en primera fila, la banda descargaba un poco de caos amorfo. De su música no recuerdo nada mas que bulla, lo que recuerdo son los empujones, y un par de docenas de gente vapuleandose como por un tornado, media cerveza derramada en el piso y mi escape hacia los estribos del local, felizmente junto a la caja donde pude comprar la ultima Brown Shugga' que les quedaba. Fue ahí que pude presenciar la desesperación contenida del staff; limitado al amable dueño y su empleado de la barba grande. En frente de ellos la gente se hacia mierda; un par de bestias corrían en pequeños círculos, otros saltaban en todas las cabezas que podían, y las mesas que habian sido arrimadas contra la pared, servían de tarima con chicas que saltaban sobre ellas con un equilibrio chino.


Como no se rompió nada? No se, pero el dueño y su empleado ajustaban, se movían de izquierda a derecha buscando el mejor ángulo para presenciar el despelote y para no perderse el primer plato roto.

Cuando pienso en caos en el escenario siempre me acuerdo de The Who y de esas iconicas imagenes de la banda destruyendo el escenario; Keith Moon pateando su batería entre nubes de polvo blanco y Pete Townshend estrellando su guitarra contra el piso. Pero eso era el final del show. Según lo que vi el viernes así es la mitad cotidiana de cualquier show de Church Whip, esta banda se mueve mas que la gente y por eso mismo, si este concierto hubiese sido un concurso pues Church Whip hubieran ganado y de lejos..

Floridian Winter eran los últimos y yo había escuchado buenas cosas de ellos pero lo que presencie en Cafe Hey no me entusiasmo. Este dúo de Jacksonville hizo lo que pudo, pero sufrieron de un agudo caso de soniditis; la guitarra sonaba hasta las huevas, ningun riff fue apreciable y el vocalista / baterista S. hacia caras divertidas mientras se acercaba al microfono y ladraba, pero lo que salia de los parlante no era nada del otro mundo. Para ese entonces yo ya estaba con un pie en la calle, cinco bandas es mas que suficiente. Ya estoy viejo, no soy de aquellos que aguantan festivales, ni de aquellos a los que le gustan los conciertos multitudinarios. Por el contrario, mientras mas chico el recinto mejor y con tal que yo sienta que mis $5 fueron bien gastados quedamos pares.  

sábado, 4 de agosto de 2012

SCION ROCK FEST - o Como Perdí la Cabeza Tras Tres Vodkas, Seis Cervezas y Tres Horas de Sueño

Son las diez y treinta y cinco de la noche del sábado 2 de Junio y acabo de recuperar el conocimiento. Me encuentro en un descampado, con grass que me llega hasta las rodillas y una picazón en los tobillos tan intensa que me ha sacado de un estado de zombie en el cual me encontraba quien sabe por cuanto tiempo. Al notar que no se donde estoy, ni como llegue allí, me apresuro hasta la berma mas cercana, cada dos pasos tratando de sacudirme un millón de hormigas que me trepan las piernas. Estoy en una avenida en la cual nunca antes he estado. Esta oscuro y solo diviso a la distancia siluetas oscuras, al parecer tranzando algunos tramites ilícitos. En ese instante me entra cierta desesperación y alzo el brazo con la intención de detener cualquier coche. Después de diez intensos minutos un taxi piloteado por un inmigrante de Nigeria se detiene. Apresurado y con el corazón en la boca le pido que me lleve a casa.

¿Como y porque llegue allí? Aun no lo se. Solo minutos antes estaba disfrutando de Saint Vitus en concierto y de repente me perdí en la noche, solo para encontrarme después de mas de dos horas.

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Se suponía que el 2 de Junio seria uno de los mejores días del año. La compañía automotriz Scion había escogido a Tampa como el lugar donde ofrecería su concierto anual gratuito y yo me había estado preparando por semanas.

El listado de bandas que tocarían era tan largo que estas tuvieron que ser repartidas en cuatro locales diferentes. El nuevo local del viejo bar Orpheum albergaría el metal mas directo, comenzando con los locales Flyingsnakes y empalmando con los polacos Decapitated, quienes serian seguidos por Revocation, Origin, Suffocation y finalmente Exodus. El local mas pequeño Crowbar otorgaría una mescolanza de buen y mal hardcore; comenzando con los espasmodicos Cellgraft y siguiendo con All Pigs Must Die, Cerebral Pallzy, Phobia, Terror, Sick Of It All y de fondo los venerados Repulsion. Czar Bar suele albergar muchas fiestas de hip hop, pero Scion lo había elegido como el local ecléctico. Abriendo a las 4 de la tarde estarían Ides of Gemini, cuyo set de media hora seria seguido por los perturbantes sonidos de Vermapyre, Psychic TV, Wold, Oxbow y Merzbow como grupo de fondo. Finalmente, el amplio y remodelado Ritz tendría la noche doom, razón por la cual este seria el lugar donde tenia planeado pasar la mayor parte del festival. Abrirían Atlas Moth y estos serian seguidos por Witch Mountain, Church of Misery, Saint Vitus, Sleep y finalmente Down. Todo esto totalmente gratis. El único requerimiento era pillar los tickets con anticipación por internet.

Yo, como todos aquellos que habían esperado ese día por meses, había planeado mi itinerario con mucho cuidado. Mi tarde comenzaría con Cellgraft en Crowbar, luego saltaría a Czar donde vería a Gen P Orridge y sus geniales Psychic TV, cuyo set, se planeaba, terminaría a las 8:05, solo diez minutos después de que el set de Saint Vitus haya comenzado en el Ritz. Sleep tocarían en el mismo local de 9:05 a 10:05. Para terminarla, regresaría a Crowbar para presenciar a Repulsion en toda su gloria. Mi plan era perfecto, a prueba de balas. Pero entonces, ¿como termine perdido en un descampado? caminando por el grass sin dirección y sin motivo alguno y justo en los momentos en los que Sleep descargaban pedazos de mi adorado Jerusalem. ¿Como y porque chucha?

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Luego de hacer méritos por mas de dos semanas para poder justificar mi ausencia con mi familia durante todo un sábado, llegue al acubanado barrio de Ybor City a las 4 de la tarde. En camino al local pare en una gasolinera para comprar una botellita de 5 Hour Energy. Para los que no saben, 5 Hour Energy es una pequeña pocima que sabe a una mezcla entre limonada y  vomito y que promete ofrecerte la energia de un semental con la verga tieza por al menos cinco horas. Habiendo dormido tan solo tres horas la noche anterior, ciertamente necesitaria ayuda cafeinica si quería mantenerme en pie durante este festival de siete horas. Fui solo, pero asumi que encontraría a unos cuantos amigos por ahi.
All Pigs Must Die - Al Menos No Habla Huevadas Entre Canciones
Llegue a Crowbar unos cinco minutos antes de que Cellgraft comienze su accidentado set. El local estaba abarrotado, pero no al punto del despelote. La audiencia, totalmente repartida en un 90% hombres, 10% mujeres, parecia comprender de una gran cantidad de menores de edad que no podian beber. Hecho del cual me pude aprovechar al tener el bar libre a mi disposicion. De entrada me encontre con The Mighty Mojon y su novia, los salude y apresure al bar. Segun yo, a las 4 de la tarde, necesitaba un vodka tonic.

Cellgraft comenzaron en punto. Su hardcore amorfo y violento no se vio favorecido por las fallas de sonido. El trio tampeño empujo sus temas de treinta segundos tanto como pudo, pero si la bateria no se caia en pedazos era el sonido que los jodia, guitarras que no sonaban y microfonos que se apagaban. Dio gusto notar la buena vibra del publico asistente. En vez de darles mierda, escupirlos o tirarles tomatasos, aplaudían el esfuerzo con una gratitud poco comun entre gente tan greñuda. Para cuando terminaron su set, yo ya estaba en mi segundo vodka tonic y The Mighty Mojon habia decidido marcharse a ver a Vermapyre en Czar.

All Pigs Must Die tuvieron un augurioso debut con God is War, editado por Southern Lord Records en el 2011 y misteriosamente durante su set, los californianos no sufrieron ningun desperfecto. El pogo comenzo y felizmente, ningun baboso en esa danza tropezó contra mi trago. Su crust hardcore sonó impecable; nada nuevo, solo temas cortos, potentes, con un rabioso al micrófono que escupía remedos de Discharge. No hubó mucho bla bla bla entre tema y tema, y yo lo prefiero asi. Me gusta cuando los vocalistas optan por cerrar la jeta y no hablar huevadas. Usualmente, mientras mas hablan los músicos, mas odio sus bandas y asumo que son unos ignorantes de mierda que no se merecen ni el cerote de mis oídos.

A las 6 de la tarde, ya empilado con tres vodka tonics en la cabeza, camine las tres cuadras de distancia hasta Czar. En el camino vi a David Vincent de Morbid Angel, con sus botas de vaquero, sus jeans al cohete y su sombrero de hombre Marlboro. El vocalista de Morbid Angel intentaba entablar cierta conversión en su celular mientras un rechoncho fan de unos 45 le decía y repetía cuanto adoraba su música. Vincent parecia esquivarlo, moviendose como el segundero de un reloj y repitiendo frases como, 'alright man, i am on the phone, alright, whatever'. No lo culpo. Cuando se es una estrella tan grande, uno puede ignorar tanta adoración.

Vermapyre estaban en medio tema cuando entre a Czar. Me pedí una cerveza en el bar localizado a la entrada e ignore los CD's compilados que estaban regados por toda la barra. Con un par de laptops y una proyección gigante detras, el ex-Integrity Dwid Hellion hacia de las suyas ante un publico indiferente. O eso, o esa es simplemente la recepcion que música tan obtusa como esta se merece. The Mighty Mojon estaba allí con su novia. Bebía una cerveza y conversaba con los miembros de Cellgraft sobre quien sabe que. La música de Vermapyre toma tiempo en calar los huesos. Lo que yo escuche esa noche es quizás mejor ingerido bajo ciertas influencias y mejores circunstancias.
Psychic TV - Hombre o Mujer? Que Importa, Igual Tiene Una Panzota
Psychic TV comenzaron en punto a las 6:35, hora bastante temprana para una banda con mucho mas peso que las demás. Liderados por Genesis P-Orridge, el ex-hombre legendario detrás de Throbbing Gristle es hoy la mujer al frente de Psychic TV. Su música fue la mejor de la noche. Con lo que parecia ser una libretilla al frente con las líricas como recordatorio, Orridge y su panza descomunal (no se si resultado de todas las hormonas que ha de estar tomando para flipar su sexo) articularon un set de post punk experimental que fue siempre calmo e intenso, con notas precisas y cortantes y frases exactas y habladas con cadencia militarista. El show fue algo entre un recital de poesía y una noche casual en los 80's en algún local de Birmingham.  Para mi, ya entonces bastante borracho, Psychic TV ofrecieron el set mas maduro de la noche y la gente respondió con aplausos medidos y atención merecida.

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La música suele tener un gran efecto en mi. Puede cambiar mi humor en un segundo. Confieso ser un bi-polar musical. De la depresión mas intensa puedo pasar a la algarabía mas hilarante si por ahi escucho un tema temprano de Turbonegro, por ejemplo. La música que amo también tiene el efecto opuesto en mi; en un segundo puedo pasar de la felicidad y la carcajada al hueco mas negro de la mente si por ejemplo, escucho algo de Samothrace o Tindersticks.

A veces cuando experimento estas sensaciones intensas intento alargarlas. Si la situación lo permite, brindo por la música. El trago para mi magnifica todas las sensaciones, las vuelve mas agudas. Es asi la felicidad mas feliz con un trago que baja por la garganta, y la tristeza mas deprimente con un poquito de alcohol ya sentado en el estomago. Esa tarde, en la oscuridad de Czar y alrededor de las 7 de la noche, bebí cuatro cervezas y un vodka.

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Antes de las 8 ya estaba yo en el Ritz presenciando a Saint Vitus. El Ritz es un local grande, solo meritorio de bandas de peso que han vendido considerables sumas de discos. Espere quince minutos y comenzaron tocando algún tema cuyo titulo no se. No recuerdo porque para ese entonces yo ya estaba en otra sufriendo los estribos del trago y del sueño. Tome fotos borrosas y converse con The Mighty Mojon y con el vocalista de Cellgraft. De que converse con ellos? Eso no se. Solo se, y lo se porque lo recuerdo muy vagamente, que los párpados me pesaban, caían sobre mis ojos y yo no tenia la fuerza para aguantarlos. Recuerdo apoyarme sobre una baranda y mover la cabeza levemente. No soy muy adepto al headbanging porque me parece una practica increíblemente estúpida, pero recuerdo mover la cabeza al compás de algún tema de Born Too Late y recuerdo por unos momentos pensar que la música de Saint Vitus es la mas sobre valorada en la historia y la mas esquiva en términos memorables en la historia del rock y luego...luego no recuerdo nada.
Saint Vitus - Antes de la Amnesia
Creo que mis recuerdos se enlazan con sueños y con memorias vagas que puede que sean o puede que no sean verdad. Creo que en medio de cierta conversación con el vocalista de Cellgraft note que me estaba quedando dormido. Creo que me escuzé y me parece recordar haber decidido tomar una siesta en mi automóvil, el cual estaba parqueado exactamente a una cuadra del Ritz. Creo recordar caminar hacia el parqueadero (seguramente en la dirección opuesta) y creo, en cierto estupor, decidir que una caminata me haría bien. Creo haber querido alejarme de las luces y la bulla de Ybor y creo haber caminado en busca de calles oscuras, las cuales encontre y camine en un estado inconsciente. Creo recordar el haber llegado hasta un lote baldío, y al ver el pasto crecido, decidir que caminar sobre el, seria divertido. Creo haber empezado a correr por el grass espeso al notar ciertas picazones en las piernas y se que volví a mi mismo cuando me di cuenta que mis piernas estaban siendo masacradas por un batallón de hormigas de fuego.

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Saint Vitus tocaron desde las 7 25 hasta las 8 35. Saint Vitus fue la ultima banda que vi en concierto. Si salí del local a las 8 35 y volví a mi mismo a las 10:35, eso significa que camine por dos horas sin destino, sin motivo y sin conciencia. Cuando volví a mi mismo debo de haber estado en el culo del mundo, probablemente a millas de los locales que albergaban el Scion Fest.  Razón por la cual, entre en pánico. Los tobillos me ardían, pero eso no era tanta joda como el desconcierto que sentí al darme cuenta que estaba perdido y que no tenia ni puta idea de como había llegado ahi. En ese entonces pensé en mi mismo, pensé en mi edad, en mi familia y pensé en mi juventud. Pensé en que esa época (la juventud) ya había pasado, y que estar pasando estas era una situación ridícula. Eran las 10:35, Sleep habían terminado su set y Repulsion estaban a diez minutos de empezar uno de sus raros recitales y yo estaba desesperado por tomar un taxi a casa. Nada me jodío mas que darme cuenta que esa tarde para mi la música paso a un segundo plano y que el trago fue lo mas importante.

Han pasado dos meses desde el Scion Fest. He tenido que dejar que el tiempo corra para sanar esas cicatrices. Por dos semanas no deje de sentirme como un idiota total al pensar que me había perdido el que se suponía seria el mejor show del año. Me perdí a Sleep y Repulsion y como recordatorio tenia los tobillos con cientos de picaduras y una hinchazon que no me dejo ponerme zapatos por cinco días.

domingo, 6 de mayo de 2012

The DECIBEL Magazine Tour - IN SOLITUDE, THE DEVIL'S BLOOD, WATAIN y Behemoth.

Jode admitirlo porque muchos se ofenden pero si hay algo que yo cambiaria de la escena metalera, no sería  toda la movida power metal con su ridícula música cursi y desproporcionada, ni sus modas chifonescas, o la atorrantisima movida nu metalera de hace unos años que pareció representar malamente el mejor de los géneros musicales. No.  Si hay algo que yo cambiaria de la escena metalera serian los  metaleros.Quizás debería de ser más claro antes de escribir tan amplia oración, tan abierta a la malinterpretación además, pero cuando por unos cuantos años viví en el medio oeste Americano aprendí un par de lecciones acerca de los metaleros y  de algunos de sus estereotipos; cabezas huecas, racistoides, poco inteligentes, desinteresados en la lectura, borrachos, belicosos, etc, etc.  No que ninguno de estos adjetivos encajaría con mi persona, pero cuando una persona reúne todas estas características pues como que el humano en cuestión es un ser verdaderamente repugnable.

Sea como sea, este 
último martes mis preconcepciones sobre los metaleros se vieron destrozadas al atender el primer tour organizado por la revista Decibel. Nunca he visto una audiencia tan pasiva y amigable (cero pogo) y con excepción  del cerdo hijoeputa que estaba parado a mi costado durante el set de The Devil's Blood y de la bartender anoréxica que me miro con cara de culo y me dijo que me espere después de que yo le pegara un grito para que me sirva otro ron con Coca Cola, todo estuvo de puta madre.

Bueno, todo, descontando el hecho de que me 
perdí el set de In Solitude, una de las tres de cuatro bandas que quería ver en vivo.

Como buen latino que soy llegue al local del concierto pasadas las 8 de la noche. Antes me detuve en un bar donde 
tenían un especial de cervezas 2x1 y racionalice que así evitaba hacer cola. Cuando entre al local del concierto estaba casi abarrotado (98% hombres) y en el escenario en frente de la banderola con el triangulo invertido de The Devil's Blood se encontraban los miembros de la misma banda probando sus instrumentos. Luego de darle una fugaz visita a las letrinas y de informarme de un gordito que meaba a mi costado de que In Solitude ya habían tocado y que lo habían hecho de puta madre, procedí a acercarme tanto como pude al escenario.

Diez minutos 
después salieron los miembros de The Devil's Blood y empezaron a tocar sus harmoniosos y casi poperos temas. Primero hubo un intro y estoy seguro que debe de haber dejado una impresión en aquellos que desconocían a esta banda holandesa. No tanto por la música sino más que nada por el aura seria y embrujada que despedía esta gente. Todos los miembros de The Devil's Blood estaban cubiertos en sangre de cerdo y los ojos tenían fijamente clavados en todo y en nada. Es decir, miraban hacia las paredes y lo hacían fijamente, levantaban sus brazos como saludando no al público, sino a su ser supremo, hacían el signo de los cuernos y algunos del publico respondian como hipnotizados.

De mi lado estaba Selim Lemouchi, el guitarrista y principal escritor de la banda, cuya falta de camiseta dejaba caer su panza mondonguera por encima de sus pantalones de cuero. Mirando este show y sintiendo las notas de bajo que enganchan el ritmo del primer tema "In the Wings of Gloria" yo solo pensaba que esta era la banda que yo había querido ver en vivo desde la primera vez que escuche su EP debut Come Reap, aquel genial esfuerzo que los convirtió inmediatamente en una de mis bandas favoritas.

Unos minutos más tarde y con la gente ya calentada tras el intro y las primeras notas del tema mencionado salió al escenario F. The Mouth of Satan, hermana de Selim y dueña de una figura voluptuosa que bordea en el sobrepeso. Manchada de sangre e invocando a algún diablo que parecía estar en el techo, The Mouth of Satan mantuvo sus brazos extendidos hacia arriba en alabanza a Satanás durante casi toda su presentación. Su voz era limpia y harmoniosa, propia de un ángel caido. 

De rato en rato yo voltebaba para mirar la reacción de la gente. Quería saber si todo el mundo la estaba pasando tan bien como yo. Al menos 90% del publico estaban ahí por Behemoth, la única banda del tour que no me interesaba, y por eso, y por la falta de brutalidad en la música de The Devil's Blood, la mayor parte del publico parecía indiferente. Alguien que no se mantuvo indiferente a la música de The Devil's Blood fue el cerdo hijoeputa que estaba parado a mi derecha con su grupete de amigos. Claramente allí por Behemoth, Porky hacia bailesillos burlones al compas de las odas a Satanás mas infecciosas que ninguna banda ha creado. Yo lo quería estampar contra el piso y bailar tap en sus orejas, quería que se lo cache un burro, quería que Selim Lemouchi lo castre y que luego se bañe con la sangre que su pene chorrea o que F. The Mouth of Satan con una próstesis de dildo se la meta por la boca, estilo deep throat.  

Hubieron un par de fallas en el set de The Devil's Blood; ritmos que parecieron perderse y notas que F. The Mouth of Satan no pudo alcanzar. A mi lo que más me jodio fue que no tocaron "The Heaven's Cry Out for the Devil's Blood", su obra maestra. Mientras tocaban "Fire Burning" una de las gemas de su ultimo álbum, F. The Mouth of Satan salio del escenario de modo indiferente. Yo pensé que se estaba tomando un break, o que quizás le dio un poco de hambre y le fue a dar un mordisco a la hamburguesa que había dejado tibia en el backstage, pero eso fue todo. The Devil's Blood me dejaron queriendo más, mucho más

Un ron con Coca Cola y una meada más tarde y Watain estaban en el escenario. Ayudando en las guitarras estaba el mismo Selim Lemouchi y en el bajo el chileno Alvaro Lillo con una pinta y unas expresiones faciales que aun me estriñen. 


Debo admitir que desde que vi las fotos promocionales de Lawless Darkness en las que Erik Danielsson porta esos lentes de contacto a la Marilyn Manson, me 
pareció que Watain estaban cruzando una raya hacia una estética demasiado trabajada. Su música por otro lado, denota una calidad y  una atención al detalle admirable. En vivo, con candelabros y velas encendidas, con humo por el suelo, pájaros muertos colgados de la correa de Danielsson y con cruces invertidas gigantes y un sonido impecable me parecieron simplemente acojonantes.

Cualquier persona que se 
exponía al black metal por primera vez esa noche pensaría que el black metal es música elaborada y casi teatral, donde la pantomima ayuda y no es objeto de burla, donde el ambiente representa verdaderamente la filosofia y las intenciones. Que lo-fi, ni que ocho cuartos, Watain tocan black metal de un modo profesional y esa noche, si en atención habían unos que no los conocían, apostaría mis dos bolas a que salieron del show convertidos al fanatismo de la banda.

Era mi 
intención marcharme luego del set de Watain, pero como me perdí a In Solitude decidí escuchar un poco de Behemoth. Los polacos si eran dueños del escenario entero, el resto de bandas habían hecho uso de solo la mitad. Yo me fui hacia el bar un rato a descansar y note a mi derecha a David Vincent de Morbid Angel. El tío parece hidrocefalico, tiene una cabezota que intentaba asolapar con un sombrero negro de vaquero y con unas botas típicas de cantante de música country. Rodeandolo estaban un par de miembros de Watain.

Luego Behemoth empezaron a tocar y el 
público se volvió loco. Me imagine al gordo hijueputa saltando como una pelota que rebota. Esta banda nunca me ha interesado. La primera vez que escuche "Slaves Shall Serve" me causo gracia y sinceramente me pareció una huevada, así que nunca me moleste en escuchar sus discos. Para entonces eran casi las once y media y yo andaba cagado del hambre. Después del primer tema, Nergal grito, 'it's good to be alive', en referencia al Cáncer que acaba de vencer y la gente le respondió con amor; con gritos,  con saltos y sin pogueo, con cuernos en sus dedos y con los brazos en alto. Yo ya estaba con hambre y no dejaba de pensar en que si quería comer algo de pizza tendría que salir del concierto antes de la medianoche.

Disculpen la baja fidelidad de las fotos pero culpen a Steve Jobs, porque la camara del iPhone vale verga.

sábado, 21 de abril de 2012

RECORD STORE DAY y la TIENDA de VINILOS MAS GRANDE del MUNDO

El tercer sabado de cada Abril se celebra Record Store Day en los Estados Unidos y en otros paises. Esta fecha fue escogida por un tal Chris Brown para celebrar 'el arte de la musica'. O a si dicen, en realidad fue por primera vez celebrado en el 2008 con el proposito de ofrecer soporte a las alicaidas tiendas de discos independientes que han visto su flujo de negocio ser reducido al minimo.

Como sabemos la industria del disco esta de cabeza y algunos argumentarian que se encuentra en proceso de extincion. Desde la revolucion tecnica de internet (MP3's, Napster, etc) numerosas multinacionales han quebrado y las que no, han tenido que cortar su staff en un 80% para mantenerse en numeros negros. Las disqueras y las tiendas independientes han sentido el golpe aun mas fuerte, pues al no ser parte de ningun conglomerado no han tenido el soporte economico para mantenerse en el negocio. Se estima que durante la ultima decada, alrededor de 3,000 tiendas de discos han cerrado en los Estados Unidos.

Esta situacion la vivi en carne propia cuando hace exactamente un año la tienda de discos que solia visitar semanalmente cerro sus puertas debido a las pobres ventas. Mi amigo, The Mighty Mojon, quien fue empleado de esa tienda desde su inicio, me contaba que habian dias en los que no vendian ni un disco y en un par de ocasiones hasta habian tenido dias negativos en los que el dinero recaudado en ventas era menor que el dinero devuelto a los clientes que retornaban discos defectuosos y/o otros cachibaches. Hilarante, lo se. Pero ademas ridiculo y triste.

En lo que a mi respecta, siempre he estado al tanto de Record Store Day, pero nunca habia marcado le fecha en mi calendario, razon por la cual siempre me he enterado de esta un par de dias despues. Felizmente una chica del trabajo me paso la voz ayer e hice una nota mental. Luego hice una busqueda en internet y vi la lista de tiendas participantes. De las seis, habia visitado cinco en las ultimas cuatro semanas y practicamente habia arrasado con los discos que me interesaban. La unica tienda que no visitaba desde hacia tiempo era Bananas Records & Movies en St. Petersburg, tienda auto-proclamada como 'la mas grande del mundo' (almacenan mas de tres millones de LP's y 45's) en lo que a vinilos se refiere.

La primera vez que visite Bananas fue en el 2009. Primero les di una llamada para preguntarles si tenian discos de heavy metal y un viejo amable me dijo que solo un manojo, 'Kiss, Alice Cooper, cosas asi' argumento como queriendo consolarse. Aun asi decidi pegarles una visita.

Bananas se encuentra en un area industrial de St. Pete y por ese entonces operaba desde dos edificios localizados uno al frente del otro; un pequeño garaje dedicado a la venta de discos compactos y un edificio de dos pisos, solo accesible desde el segundo piso, dedicado a la venta de vinilos.  Decir que Bananas es el sueño del coleccionista de discos de vinilo es una modestia. Lo primero que uno nota al entrar al edificio son los estantes de vinilos arreglados a modo de biblioteca. Anaqueles posicionados en forma de pasillos albergan cajas repletas de vinilos ordenados por generos, alfabeticamente y por tamaño. La coleccion de siete pulgadas es para cagarse, sobre todo si uno es fanatico de la musica grabada antes de 1980 y se concentra en el country, el blues y el soul, razon por la cual mi primera visita me dejo cierto sinsabor.

La segunda vez que visite Bananas fue en el 2010. Acababan de abrir un segundo local mas grande en el cual estaban vendiendo peliculas y discos compactos y aquel dia la tienda apestaba a pegamento y detergente. La tienda habia estado abierta tan solo hacia unas horas y los empleados aun se encontraban arreglando y desarreglando los materiales de venta. Decidi darle una rapida mirada a la seccion 'Rock' de compactos y al no encontrar ni un puto disco de metal sali con las manos vacias y decepcionado.

Hoy fue la tercera vez que visite Bananas y puedo decir con toda sinceridad que esta es ahora si, quizas no solo la tienda de discos mas grande del mundo, sino que es ademas, una de las mejores. El local de las peliculas y los compactos ha sido transformado totalmente y ahora incluye un pequeño escenario para que toquen bandas en vivo. Ademas, a los tipicos compactos y las peliculas, han agregado una seccion de libros y una seccion gigantesca de vinilos tambien organizados por genero. Al entrar, lo primero que busque fue una seccion de vinilos de 'Metal' y luego de un rapido escaneo del amplio local, lo divise; a la derecha, junto a la pared y bien cerca de la maquina registradora, bajo un papelito blanco pintarajeado con lapicero negro y con letras que habian sido repasadas por la mano de un pajero encontre por fin una seccion de 'Metal' en vinilo. Casi me pongo a llorar de la emocion...

Por lo general, un Record Store Day incluye actuaciones en vivo, refrescos gratuitos, vendedores de comida, alguito de alcohol y una que otra oferta. Ciertas disqueras independientes, a modo de promocion, coinciden sus lanzamientos con esta fecha. Cuando llegue a la tienda lo primero que note fue que el parqueo estaba repleto y cuando entre al pasillo divise algunos vendedores de comida que habian improvisado estantes de venta. Al entrar a la tienda me sorprendio el numero de gente. La mayoria ojeaba los hileras de discos de modo casual. Pocos parecian tener discos en sus manos, la mayoria calentaban cerveza en vasos rojos de plastico mientras esperaban a que los cuatro mocosos que afinaban sus instrumentos en el escenario empiecen a tocar.

Yo me apresure a la seccion de vinilos metaleros. Estaba salibando, las manos me temblaban. Los primeros discos que me llamaron la atencion fueron los primeros de Anthrax, pero estaban caros ($25). Luego fueron los dos primeros de Crossfire, la banda belga de speed ochentero. Luego divise otras joyas de metal de antaño; los primeros de Avenger, BattleAxe, Demon, Girlschool, Jaguar, Judas Priest, Legend, Mama's Boys, Tytan y otros discos de los 80's que no conocia. Parecia que algun cuarenton cansado de que se burlen de el por estar estancado en el tiempo hubiese vendido su coleccion completa de la NWOBHM.  Debo admitir que siempre me ha molestado lo vacias que suelen estar las tiendas de discos, sin embargo hoy, mientras chequeaba esta seccion de vinilos, senti lo opuesto, deseaba que todo el mundo desapareciera y que me dejen toda la tienda para mi solo.

Poco a poco comence a separar los discos que queria comprar. Mi total promediaba los $90 y no habia modo responsable de gastar tanto dinero. Ademas, aun me quedaba la seccion de compactos y tenia esperanzas de que la seleccion hubiese mejorado desde mi previa visita. En ese momento comenzo a tocar la banda. No entendi su nombre cuando lo anunciaron. Felizmente, los encargados del equipo de sonido habian sido prudentes al limitar su volumen, pues estos chicuelos improvisaban jazz con gran entusiasmo, pero con poca tecnica, minimo talento y cero inspiracion. El primer tema fue segun ellos un cover de "Ain't No Sunshine When She's Gone" de Bill Withers y cuando lo anunciaron alguna gente dejo escapar unas carcajadas. Luego tocaron una version de "The National Anthem" de Radiohead, la cual reconoci por la linea del bajo.

La seccion de compactos no me trajo ninguna sorpresa. Encontre un disco de Black Tusk (Passage Through Purgatory), uno de King Diamond (Them), uno de Kreator (Coma of Souls), uno de Atom Seed (Get in Line), el auto-titulado de Sinister Realm y el split entre Satyricon y Enslaved (The Forest is My Throne / Yggdrasill). Cuando termine la seccion de compactos tenia tantos discos en mis manos (incluyendo nueve vinilos) que no podia balancearlos. Al final tuve que cortar mis opciones. Ninguno de los vinilos estaba a precio modico y ninguno de los discos compactos meritaba mucho sacrificio. Opte por comprar el Power Games de Jaguar, los dos de Holy Terror (Terror & Submission y Mind Wars) y el split entre Enslaved y Satyricon. Mi total fue $60. Para ese entonces habia una chica cantando algo de folk con su mandolina en el escenario asi que era el momento propicio para salir porque no aguantaba ni un segundo mas de esa mierda. Mientras pagaba pregunte si vendian agujas y me dijeron que para eso me tendria que dirigir a la tienda de vinilos, la cual se localizaba a unas seis manzanas.

Una vez en la tienda de vinilos pulule por los pasillos absorbiendo el olor a papel avejentado y alucinando con la gente. Habia mucho viejo y los pocos menores de 40 que estabamos ahi, teniamos pinta de nerds. Yo no creo que me parecia a esa gente, pero una cosa era segura, todos ahi compartiamos cierta obsesion por la musica, cualquiera que esta fuera. Observe a un chiquillo de unos 17 con una panza bondadosa comprando un vinilo de Django Reinhardt y me dio un gran gusto.  En los pasillos habia gente sentada en el piso junto a montañitas de discos que habian separado, leian con atencion y concentracion cada detalle impreso en las fundas, analizaban cada letra como si fueran libros de filosofia que tenian que entender e interpretar. Yo me perdi un rato en la seccion de rock, pero ya no buscaba nada en particular. Francamente, solo queria estar ahi un rato mas.

Me acerque a una seccion cercana a la registradora donde vendian agujas, felpas y liquidos para limpiar discos. Una señora de unos 60 se me acerco y muy amablemente me pregunto si me podia ayudar. La seguia de cerca un perro ciego que masticaba un hueso de plastico gigante. Le dije que si, que buscaba una aguja. Me pregunto por el modelo y le dije que no tenia idea, me pregunto por la marca de mi tocadisco y le dije que no recordaba. 'Es roja', le dije, 'de las ordinarias', y sonrio como me imagino le ha sonreido a tantos despistados. Queria comprar algo, era Record Store Day y queria contribuir a que Bananas no corra la misma suerte de tantas tiendas independientas, asi que le pregunte por los liquidos para limpiar vinilos y me recomendo uno barato. No habia uso en comprar uno caro cuando lo unico que los diferencia son las marcas, argumento la señora. Yo le agradeci la honestidad.

Cuando pague la señora le dijo a su esposo, un viejo de unos 65, que me diriga a la salida en el primer piso. Estaba lloviendo a borbotones y me podia resbalar en las escaleras de acceso que estan instaladas en la parte exterior del edificio. Segui al anciano por un angosto pasillo de escaleras cuya paredes estaban rellenas de libros de musica. El primer piso contenia miles de vinilos mas, posicionados en cinco niveles de anaqueles. La mayoria de pasillos estaban vacios con excepcion de una pareja de enamorados que estaban sentados contra una pared mirando discos. Podrian haber estado alli desde hacia dias y nadie se hubiera dado cuenta. 'Esto es increible', le dije al viejo. Me sonrio y buenhumorado respondio, 'tengo un almacen con 20,000 discos mas y hace diez años que ni siquiera lo visito'